28.12.10

Amor y pantalla grande

Joe Jackson said: 
Love shows God has a sense of humor
Cosas que nunca te dije (I. Coixet)       
         
            Yo quería hablar de las comedias románticas y de por qué me gustan tanto. Luego, lo pensé mejor y no sólo me gustan las comedias románticas, me gustan las tragicomedias románticas. Lo pensé más a fondo y concluí que no es un género en sí lo que me gusta, sino que me siento capturada (y con una cumplida catarsis cinematográfica) al ver cómo se desenvuelven las relaciones amorosas de los personajes en gran pantalla. O pantalla chica porque, de hecho, muchas películas las veo en mi computadora, desde la cual escribo esto.
            De cualquier forma, me extasía ver cómo personajes, que pueden ser de la vida real tratan de resolver un conflicto tan mundano y complejo cómo es estar con otro. Me gusta verlo desde la comodidad de mi butaca/sofá como un científico que observa un experimento: estudiando, analizando, asintiendo, difiriendo de lo que sucede y de lo cuál él es sólo un espectador.
            Porque considero que la comunicación entre dos personas que sienten afecto entre sí (o, muchas veces, sin ser correspondido) está tan viciada de códigos de conducta, de orgullo y vanidad que la humanidad no ha terminado de manejarlo del todo y por esto el tema rinde para hacer mil películas al respecto sin agotarse y sin miras de hacerlo.
            ¿No es increíble que nos jactemos de ser una civilización moderna con un montón de alcances tecnológicos que incluso se supone que nos han ayudado a comunicarnos “más y más rápido” y, sin embargo, seguimos sin realmente entender de lo que estamos hablando en realidad?
            Tal parece que seguimos tan ciegos e ignorantes en esto que no nos cansamos de sentirnos fascinados por las historias que se pueden inventar al rededor. Algunos suspiran con Titanic, ríen con alguna de Sandra Bullock, reflexionan con la última de los hermanos Dardenne y otros, como yo, se divierten y asienten viendo una como Adventureland.
            Sea como fuere, aún y cuando en la vida real sigamos sin atinar a una fórmula genérica que simplifique el resultado entre amor y comunicación, lo que es una verdad irrefutable es que, muchas veces, el cine sí que logra comunicarnos eso que nosotros no sabemos hacer. Eso, para mí, sí es la magia del cine.

Adriana
adribolivar13@gmail.com / @adribolivar

25.12.10

Público Privado II

No es venezolano y tiene residiendo en Venezuela desde el 2002, si no fuera por su obvia pronunciación pudiera pasar por cualquier caraqueño, tiene un léxico perfecto, estudió Letras y es periodista. La iniciativa surgió estando en New York cuando vio como en posters de personajes famosos habían calcomanías en forma de nube sin nada adentro invitando a los peatones a escribir lo que consideraban que estaban pensando dichos personajes, fue así como surgió esta idea, que él no considera un movimiento o un grupo sino sólo una expresión.
Asumió esto no como un hobby ni un trabajo, sino como parte de su rutina, algunas tardes se reúne con sus amigos y escriben estas frases puntuales, atrevidas, amenazantes y divertidas… Admitió que su objetivo no es ser reconocido, sino que las personas tomen esta iniciativa y aprovechen el espacio público para expresarse.
Esa noche descubrí un personaje muy lejano a las personas que me rodean, fue maravilloso conocer la opinión de una persona apasionada con el espacio público y lo urbano. Reflexionamos por casi dos horas sobre el derecho y el deber que tiene el ciudadano, sobre el papel de las Alcaldías, del Estado, del peatón, del que maneja, del panadero, del indigente, del ladrón. Nunca tocamos temas personales…
Fue un encuentro sincero. Las calcomanías fueron producto de una necesidad que el visualizó, mi curiosidad fue producto de un susurro y nuestro dialogo fue el resultado.
Un encuentro en el que identifiqué mil cosas, la más importante es que aun cuando fue una demencia reunirme con alguien que no conocía, haber tenido esa conversación me hizo recordar que es muy fácil vanagloriarse de una filosofía, una idea o una posición, pero en la discusión, en el dialogar, en el ser atrevido y respetar las opiniones de los demás es lo que nos hace, no sólo vivir con intensidad, sino ser verdaderos ciudadanos.

Lilibeth
Lic. Comunicación Social

23.12.10

Lo grotesco de no saber envejecer

A menudo vemos cómo las cirugías plásticas se vuelven una necesidad en hombres y mujeres. La verdad es que creo que estas operaciones ayudan muchísimo a subir la autoestima y a ser socialmente más aceptado y a veces a conseguir un mejor empleo.
Pero, cuando la cirugía plástica se usa para tratar de detener el natural progresar del tiempo en las personas, es un total desastre si no se hace de forma sutil. No lo critico, yo misma me he hecho una cirugía plástica, pero es tan sutil que quizá me conozcas y ahora te enteras de que la tengo.
Lo cierto es que es desagradable a mi parecer ver a esas mujeres y hombres de avanzada edad con unas cirugías terribles, que parecen tener una máscara en vez de un rostro. Puedo recordar con nostalgia y alegría cómo vi envejecer a mi abuelito, quien se levantaba desde temprano a trabajar la tierra. Me encantaba verlo a los ojos, ver esas marcas en sus manos del trabajo. Solía sentarme con él a conversar en el porche de la casa de mi tío ¡Qué tiempos aquellos! Para mí eso es belleza.
Quizá me influencia mucho ese libro que leí en primer año de letras “El Banquete” de Platón, en el que la belleza es un ideal al que llega el individuo luego de pasar por varias etapas. La primera fase es ver el físico, es algo que hacemos todos. No podemos olvidar la típica frase “la primera impresión es la que cuenta”. Vivimos en un mundo superficial. Pero también vivimos en un mundo de guerras, odios, vicios. Y no por eso nos metemos a combates o a odiar por doquier. Pero también, vivimos en un mundo en el que ver un rostro hermoso sin maquillaje nos deja atónitos y sin sueño. Un mundo en el que una mirada perdida de una tierna abuelita nos conmueve. Caminos en el que lo superficial no nos interesa porque sin querer hemos pasado a otra etapa de la belleza, nos encaminamos al intelecto, a los intereses y al descubrimiento del otro. Hemos hecho clic, puede que nos hayamos enamorado.
Es por eso que no quisiera ver lo grotesco de no saber envejecer. Puede ser que por mi edad no sepa lo que es sentir ese pasar de la vida. Lo que sí quiero es guardar este escrito cuando me encuentre alguna línea de expresión mal puesta. Y no salir corriendo al cirujano de turno para que me devuelva la piel y el cutis que tuve quince años atrás. O mejor, quisiera estar rodeada de afectos y no sentir que el tiempo pasa en vano, querer saber envejecer.



 Gilmar Bastardo
         Periodismo - Teatro - Publicidad
         gilmar1600@gmail.com / @gilmarbastardo

21.12.10

Público Privado I

Tenía cuatro meses caminando por las calles de Chacao (Caracas, Venezuela) sintiendo que me hablaban. Al principio pensé que era una especie de juego al cual no pertenecía, que era algo personal entre dos y que yo sobraba, cuando  volteaba me daba pena, era como si estaba viendo algo que no debía. Hasta que un día me hablaba en otra urbanización, en otras calles. Su mensaje me hacia pensar, me hacia dudar, me sentía identificada algunas veces y aun cuando no estaba de acuerdo con lo que decía, lo extrañaba cuando no lo veía y me di cuenta que no era algo privado, era algo para mí, para todos… público.
Cambié de ruta buscando evadirlo, pero ahí estaba y era algo tan simple como una calcomanía amarilla, siempre con la misma letra y con la misma misión (asumo yo) hacerme pensar mientras caminaba. Me produjo mucha curiosidad saber quién era el autor, por qué expresarse por medio de una vía tan etérea y con mensajes tan subliminales ¿Quién era el que me invitaba a curiosear?
Por una época pasé semanas sin escucharlo (leerlo), la verdad pasé semanas sin caminar por ahí. Hasta que un día me llamó la atención un mensaje acusador medio escondido: “Por ti estamos como estamos”, no fue la denuncia de la frase lo que me cautivó sino el correo que tenía copiado al lado. Esa misma noche le escribí.
Hasta que por fin este hombre (siempre imaginé que era un hombre) decidió recibir feedback. Llegamos a intercambiar 3 ó 4 mails antes de conocernos. Aquél día salí del trabajo entre arrepentida de haber aceptado ese café y emocionada por acabar con el misterio.
A las 7.33pm de un jueves decembrino estaba sentada en una de las calles donde meses atrás había sentido que unos mensajes me susurraban, esperando saber lo que este hombre de 32 años, delgado y con lentes (así se describió) tenía que decirme.

Lilibeth
Lic. Comunicación Social

19.12.10

Ana la coleccionista

            Ana recién había pasado los 20 en ese entonces. Sergio sí rondaba los 23. El caso es que, luego de año y medio de noviazgo, Sergio decidió terminarlo todo. Dijo que necesitaba más espacio, que no quería estar en una relación, también dijo que quedaran como amigos. Ambos aceptaron, pero ninguno lo cumplió. Siempre lo supieron.
            Esa noche Ana lloraba sin parar en su departamento. No siempre había vivido sola: desde que Susana se regresó a Rosario, Sergio supo suplantarla más que bien mientras encontraba otra compañera para compartir el piso.
            No se imaginó nunca en un momento así. Pero ahí estaba: sin poder detener el llanto, pensando en cómo afuera todo podía seguir andando tan normal. Con las luces apagadas lloró hasta que se quedó dormida.
            Al día siguiente estaba soleado. Ana se levantó incómoda: había dormido con la ropa puesta y el blue jean le incomodaba mucho. Se levantó, se sacó el jean y  fue al baño. Al entrar, intuyó que sus ojos estarían inflamados e irritados por el llanto y no se equivocó. Bajó la mirada y se quedó quieta. ¿Qué miraba? Inmóvil y apacible, el cepillo de dientes de Sergio descansaba junto al de ella, inmutado como si nada hubiera sucedido. Sergio pasaba tanto tiempo en el departamento que un día no se llevó el cepillo y lo dejó para más comodidad. Un gesto que remite a la construcción de una rutina en un ámbito de convivencia con el otro, un paso para lo que significa la vida en pareja, pero ellos no se dieron ni cuenta como muchos otros.
            Ana, con la mirada confundida pero fija sobre el implemento de higiene, se preguntaba qué se suponía que debía hacer ahora. ¿Botarlo? ¿Regresárselo? Es ridículo. ¿Esperar? ¿Esperar qué?
            Ahí estaba ella con un objeto tan privado, tan íntimo como es el cepillo de dientes, el cepillo de dientes de…un extraño. ¿Un extraño? ¿Qué, si no? Estuvo año y medio con un chico que ahora decide dejarla y ¿qué es? ¿Un amigo? ¿Un ex? ¿Y qué es un ex sino una categoría para un extraño?
            Ana sujetaba el cepillo de dientes con la seguridad de que todo había cambiado irrevocablemente: Sergio pasó a ser uno más de la calle, nada más los unía que el recuerdo de una intimidad compartida, que poco a poco se desvanecería y confundiría entre otros recuerdos. Esto último ella no lo sabía en ese momento.
            Ana se dirigió a la habitación. ¿Lo iba a botar? ¿Sería una excusa para llamar a Sergio? Ana abrió la gaveta de su mesa de noche y tomó una bolsa de tela, que había quedado huérfana luego de perder unos anteojos de sol, y lo guardó ahí. Cerró la gaveta y se sentó en la cama. A continuación, empezó a planificar las actividades que haría en el día.
            A los 33 años, Ana acumula una colección de 20 cepillos de dientes. Junto a ella, una sarta de relaciones infructuosas adorna su habitación hoy en día, en el departamento que aún mantiene para ella sola.

Adriana

17.12.10

Amigos ni por Facebook

Cuando introducimos a nuevas personas en nuestra vida y, así, nos introducimos en las de ellas, nos apropiamos un poco de sus problemas y de su visión del mundo. Sí, esto es una absoluta perogrullada y, precisamente por eso, no me había detenido nunca a pensarlo. Pero este conocimiento que daba por sentado se ha convertido en una absoluta revelación desde que comencé a vivir fuera de mi país, Venezuela.
En Barcelona se vive una especie de fantasía, en la que, apartando la esquizofrénica relación de (no) pertenencia de Cataluña con España, miles de extranjeros convivimos pacíficamente, arrastrando nuestra procedencia pero deslastrándonos en lo posible de la asquerosidad política y bélica. Nunca había tenido una experiencia multicultural tan diversa. Tampoco me imaginé que sería posible encontrarse tantos venezolanos en la calle al azar, pero ese es otro asunto. Ahora, como en toda ilusión, eventualmente la burbuja estalla, quizá con un estallido pequeño, pero suficiente para hacerme entender que hay improntas de las cuales es imposible librarse. Al involucrarme con gente que proviene de lugares absolutamente diferentes de mi muy particular país, comienzo a ver como reales una serie de problemas que para mí sólo eran parte de los noticiarios, y no sólo reales en cuanto a hechos objetivos, sino que llegan a afectarme incluso en mi pequeño mundo práctico y emocional.
Reality check: Te preguntas si invitar a tus amigos a una fiesta puede ser motivo de confrontación; no porque uno se acostó con la novia del otro, o porque le robó algún dinero, no, por nada derivado de la relación misma entre esas dos personas. Todo lo contrario. Simplemente las nacionalidades que rezan sus pasaportes son enemigos históricos. Esas dos personas pudieran tener –y quizá tienen– cierto grado de amistad, pero todo lo externo a ellos es juez de dos individualidades que, además, en esta época, poco tienen ya que ver con los orígenes de los conflictos. Me disculparán la falta de ejemplos concretos, pero me sabría mal echar mano de los que tengo porque en realidad no me pertenecen. Sí me tomo la libertad de aclarar que se trata de amigos de diversos países del Medio Oriente, pero también aplica para rusos y chechenos, chinos y taiwaneses e incluso, en menor medida, algunos países de Suramérica. El mundo realmente está lleno de reconcomio, literal y visceral, y yo no me había dado cuenta.
Ese rechazo innato –por no decir odio– me resulta incomprensible, absolutamente. No quiero decir que estos estigmas carezcan de razón, o no. Simplemente me son tan ajenos que, quizá justamente por eso, me siento en el deber de respetarlos. Me siento pequeñísima ante este asunto. Porque mi instinto es juzgarlos a todos por lo malo, por su incapacidad de entender que un individuo no es más que sus propias acciones y que nadie tiene por qué pagar en su mínima persona por la herencia histórica de su lugar de origen. Pero entonces comprendo que, quizá, mi propia herencia histórica me ha inhabilitado para entender este asunto, sino simplemente me ha destinado a pagar la que es, por mucho, la más leve de sus consecuencias y, cómo no, agradecer la oportunidad de participar, así sea para que de pronto me arranque un par de lágrimas, de este otro mundo diferente del mío. 

Lorena

15.12.10

El día que Tommy conoció a Oprah

Tommy Hilfiger conoció a Oprah Winfrey en mayo de 2007. No fue hace 10 o 12 años, como la mayoría del mundo siempre ha creído. Fue en 2007 y lo hizo para poner fin a lo que probablemente sea uno de los rumores de mayor difusión y longevidad de la historia. “En los 21 años que lleva mi programa al aire, ¿alguna vez has estado en el programa previo a esta ocasión?”, preguntó la afamada conductora del talk show con su mismo nombre. “Desafortunadamente no”, respondió el popular diseñador. Dos de los nombres más reconocibles de la cultura popular norteamericana en los últimos 25 años, sinónimos con el imperio de la televisión y la moda respectivamente, habían sido involucrados en un chisme basado en racismo, xenofobia y odio que pocos se habían molestado en corroborar y que se había esparcido como una epidemia durante más de  una década ¿Cómo llegó un rumor a agarrar tanta fuerza, poner en jaque una marca trasnacional y despertar la ira de latinos, afroamericanos y asiáticos alrededor del mundo? 

Si Internet se ha convertido en el medio idóneo para esparcir rumores infundados, entonces el de Tommy y Oprah fue, sin duda alguna, el pionero. "Si yo hubiera sabido que los negros americanos, los latinos, mexicanos y los asiáticos comprarían mi ropa, no la hubiese diseñado tan bien. Desearía que ese tipo gente no comprara mi ropa, pues está hecha para gente caucásica, de clase alta... y desearía dársela mejor a los cerdos". Estas palabras habían sido suficiente para que Tommy fuese retirado del programa en vivo, según la notoria cadena que probablemente todos (incluyéndome) aún debemos tener en nuestra cuenta de Hotmail o Yahoo. Además, alentaba al lector a boicotear toda la mercancía que vendía Hilfiger.
Hoy en día Internet nos provee a sus usuarios la posibilidad inusitada de corroborar qué es cierto y qué no lo es. Basta con navegar diez minutos la red para encontrar un veredicto de la liga antidifamación, una aclaratoria del propio programa de Oprah y, por si fuera poco, esta joya: http://bit.ly/gPHwjD, el video de la primera visita de Tommy a Oprah, no para hablar de ropa, no para hablar de moda, sino para desmentir que fuese un patán xenofóbico.
No sé muy bien con qué quedarme de esta historia. Por un lado, podría ser que la enorme oferta de información en Internet debe traducirse necesariamente en un enorme deseo de corroborar su veracidad por parte del usuario. Por otro, me lleva a reflexionar por qué como latinos fuimos tan propensos a creer que un diseñador estadounidense estaría tan dispuesto a vociferar su odio hacia nosotros, incluso si eso se tradujera en daños financieros para su propia empresa. Lo que si espero es que la gente ya no deje de comprar ropa Tommy porque la considere una apología al racismo, sino por la misma razón por la que yo nunca la he comprado: es fea y cara.

Pedro Camacho
Periodista – Documentalista

13.12.10

El buen vino - el buen gusto

¿Cual es el mejor vino?
Algunos dirán que el mejor vino del mundo es el que encabeza la lista anual de Parker o de la revista Wine Spectator.
"Mecánicamente" tienen razón. Estas clasificaciones están hechas con reglas muy estrictas que valorizan cada detalle de un vino, pudiendo llegar a la conclusión de que tal vino supera al otro. Hay también que felicitar de alguna manera este trabajo que promociona la excelencia en el trabajo de los vinos. La inversión y el compromiso de calidad de algunas bodegas.
No obstante, no creo y no quiero que nuestro gusto sea mecánico o estandardizado.
Nuestro gusto es parte de nuestra identidad nacional, regional y personal. Yo, francés, criado en la ciudad de Lyón, siempre tendré una inclinación por un buen cotes-roties o un chateauneuf du pape antes que un bordeaux o que cualquier vino de otra zona del mundo que tenga mejores calificaciones. Estoy condicionado por los vinos elaborados cerca de donde me crié y éstos fueron la base del desarrollo de mi paladar enológico.
También, cada vino está asociado con un buen momento, una ocasión especial. En mi caso, el mejor vino que haya tomado nunca es probablemente un blend de la Bodega Finca Las Nubes (JL Mounier) en Cafayate, Argentina. Este vino no encabezará nunca la lista de Parker pero sí la mía por haberme dado una extrema satisfacción en un lugar excepcional y con gente especial.
Si este artículo no fue lo suficientemente claro, se podría resumir con esta frase que un día me dijo un sommelier cuando le pregunté cuál era su mejor vino: "el mejor vino es el que le gusta más".
Como nos gusta una mujer o un hombre sin tener que dar más explicaciones, el vino igual nos sabe diferente a todos. Nadie nos puede imponer nuestros gustos ya que éstos conforman nuestra personalidad.

                                                          Cafayate, Argentina (2007)


 Thomas D.

11.12.10

El Mesías

Gran parte de la sociedad aún cree en el Mesías. Eh, sí. Pero no en el Mesías religioso y espiritual, hablamos del mesías que alimenta, que sirve el pan, pero que no enseña a amasar, del mesías que mantiene. Que no importa si ese mesías es pequeño, retaco o simplón, o si no tenemos ningún interés en común, lo que nos atrae de él es la idea de vivir sin tantas complicaciones económicas, claro, porque ese es el típico alegato. ¿Estamos, hombres y mujeres de ahora, dispuestos a dejar nuestra libertad por comodidad y aburrimiento? Porque no les hablo de amor, o esfuerzo personal, sino subordinación absoluta hacia ese individuo al que de ahora en adelante le pertenecemos. El Mesías es quien te ata y puede ser una analogía de muchas situaciones.
Creo que nuestras sociedades pierden cada día ese crear y arriesgarse a descubrir sus capacidades para encerrarse en lo primitivo. La utopía sería la mejor manera de definir ese estado ideal en el que quisiera ver a mis semejantes. Todos podemos desarrollar destrezas. Quizás, hayamos dejado a un lado esa idea de “ser” por no “hacer”. Esta es una frase común de quien eligió el camino más fácil, porque con nostalgia recuerda ese momento en el que todo pudo haber cambiado. Porque pasa ante nosotros el chance de vivir de acuerdo a nuestra intuición y pasión y por miedos lo dejamos ir.
Pero, claro, todo suena convincente y cercano, hasta que llegamos a la práctica, ¿cómo lo hago? Estamos en capacidad de dejarnos llevar por lo que pensamos y asumir riesgos. Pues, sí lo creo. Nuestras sociedades latinas enfrentan crisis, pobreza, es algo patético. Pero no estamos a nivel de cambiar el mundo pero sí mejorar lo que somos. Nunca está de más adentrarse en lo desconocido. Quizá no podamos dejar los catorce años de carrera en una empresa. Quizá esto es no es contigo que has estado toda tu vida tan claro de lo que quieres y vives de eso. Y el Mesías no es más que encerrarte en ti mismo y perder lo que el otro tiene para ofrecerte. Todos los días nos renovamos. Mira hacia delante, puedes estar perdiendo el momento más hermoso de tu vida.
Gilmar Bastardo
Periodismo - Teatro - Publicidad
gilmar1600@gmail.com / @gilmarbastardo

9.12.10

A Harry Potter lo Enredaron


Esta semana la quincuagésima película animada de Disney, “Tangled” (o “Enredados” en español),  superó en venta de taquilla a la supuesta maravilla fantástica del año “Harry Potter y las Reliquias de la Muerte”.  ¿Es esto de extrañar acaso? No. Para nada. Ya pasadas las semanas del “boom” de estreno y la expectativa, Harry Potter 7 ha quedado rápidamente en el olvido a medida que nuevos éxitos superiores
en narrativa, técnica e incluso originalidad, se estrenan.
No es sólo que Tangled sea una maravillosa película animada que retoma la fórmula de los musicales clásicos (Blanca Nieves, Cenicienta), pero usando la narrativa contemporánea, No es sólo que mientras Harry Potter cuenta sólo con el público que lo ha visto crecer por más de siete años, Tangled atrae a todo tipo de espectadores. Es que Harry Potter no aguanta más.
Aquellos que no son fanáticos de la saga ya la vieron. Los fanáticos la vieron pero como la historia está incompleta, en espera de la segunda parte, es posible que no quieran repetir la frustración de quedarse a medias nuevamente. Los más entendidos en cine, quizás alquilaron la tercera parte (El Prisionero de Azkabán) y recordaron que la dirigida por Alfonso Cuarón es la única entrega de la saga que vale la pena repetir. Así pues, ni con magia pueden los productores de esta moribunda saga, seguir exprimiéndole dólares a la escuela de brujos adolescentes. Habemos algunos que ya estamos hartos de que sigan enredando sus películas para alargar la saga y sólo vemos las últimas para poder verla terminar. Mientras tanto, nuevos títulos seguirán saliendo capturando nuestra atención. Por mi parte, ya no puedo seguir esperando por Tron Legacy.

Luis Grande
Periodista – Videógrafo – Cineasta
luisgrande.b@gmail.com / @luislegrand
www.kulashaked.blogspot.com

7.12.10

Paréntesis semanal (...)

Cuando llega me permito ser yo. No es que durante la rutina no lo sea, pero logro encontrarme conmigo misma durante este día. Llego hasta a escucharme,  y es que cuando llega este momento es similar a cuando se tienen esos sueños en los que eres tu el espectador y a la vez el protagonista y lo normal es verse caminando, hablando, comiendo y, hasta muchas veces, llegas a juzgar lo que haces mientras te ves actuando. Es estar afuera por unos segundos y observar qué es realmente lo que sucede.
Una excelente profesora de la universidad una vez nos dijo que todos “somos narradores de nuestra propia historia” y yo me pregunto si realmente estamos concientes de esto, porque es fascinante ser el actor y el autor estando conciente de ambos roles… por eso, cuando llega ese día, me permito ser yo, escucharme, prestando verdadera atención, porque siento que es la única manera de jugar los dos papeles.
No sé cuando ensimismarse pasó de moda (si es que algún día llegó a estarlo) porque ahora pareciera que todo nuestro alrededor está creado para olvidarnos de nosotros mismos. Nos despertamos con alarmas que nos hacen olvidar en menos de un segundo en qué pensábamos dormidos, prendemos la tele y vemos las noticias, caminamos o manejamos con música, llegamos al trabajo y más música... Más noticias, más bulla, ¿cuándo te escuchas? O mejor, ¿cuándo le prestas atención a lo que piensas?
Leonardo Padrón, reconocido escritor venezolano, hace unos meses twitteó algo así como “la palabra es lo único que nunca descansa”, esa frase me dejó pensando, porque tiene razón… no descansan, aun cuando trabajan sin ser escuchadas… ¡no descansan! Son la expresión de todo, nos quejamos, no enamoramos, aun cuando no podamos escribir o hablar están ahí trabajando, pensando, creando… Cómo no dedicarles un día para escucharlas, para hacerles caso y valorar su trabajo.
Hay días en los que ir en automático parece ser lo más coherente, en los que no prestar mucha atención es lo que nos da una paz aparente y circunstancial, pero sólo deberían ser muy pocos días, la mayor parte del tiempo es más divertido, dinámico y hasta útil crear concientes, narrar concientes… poner a trabajar a las palabras por decisión propia, porque al final es aun más divertido ser uno mismo el director de nuestra propia obra.
           Qué divina sensación esta extraña catarsis durante un paréntesis semanal.

Lilibeth
Lic. Comunicación Social

5.12.10

Sin título

Esa vez que me hablaste de Belle & Sebastian hace ya muchos años.
Ahora tengo más de 20 y me encanta... Me encanta la banda, me encanta haberlos querido yo solo.
Y esa vez que me dijiste que era más lindo aprender a quererse a uno mismo antes que a los demás.
Y  me pareció medio pedorro, medio pedante.
Pero me empezó a gustar, me gusta la banda, me quiero yo
Tres veces me repetiste que Fellini era un genio, yo sólo había visto Satyricon y me parecía muy gracioso.
Ahora esa noche me parece que empecé a querer a Federico y me llevó a querer a Pier Paolo y a Bernardo...
Hace poco empecé a querer a Chantal y sus silencios... ¡Que te calles te digo!
Dos meses después trate de ver la película con ella, se quedó dormida... Esa misma semana, otra noche, la misma película, la misma ella y se quedó dormida... Me dijo que le gustó igual.
Esa anoche hablamos bajo la luna y nos cagamos de frío.
A esa ella, que ahora quiero como me quiero a mí, son dos ellas, ¿no sabias? Y la ella mayor es la más fuerte.
Su nombre empieza con M y su segundo nombre con G, la M de su primer nombre se repite así: MM en medio de su segundo nombre.
Y mujer es la palabra que me gusta, así como individuo y pluscuamperfecto, también actualizar y las cosas de las que habla ese filosofo francés.
El vino blanco -me dijiste- te mantiene despierto y feliz. Ojalá me hubieras dicho que me ponía a bailar.
Tantas noches que no dormí, tantas noches que, contrario a mí, sonreí por largos ratos.
Ese día hablamos de los sueños y se hizo mañana, con chocolate caliente en un árbol papá nos esperaba.
Y casi asesino a tu hermano andando en bicicleta, viste la sangre en mis manos y rodillas... cómo nos gustaba y pensábamos en los colmillos de los vampiros.
Eran mejores antes.
¿Viste esa fiesta de año nuevo improvisada en la habitación de tu mamá? Que duró menos de 30 minutos, pero me hiciste bailar.
Hace dos años hablaba de ese lugar, hablaba muy poco igual, hoy hablo de otro y tengo unos cuantos amigos más.
Me gusta hablar enredado. Como papá, me gusta la banda que me recomendaste, me gustan Fellini, Passolini, Rohmer, Nolan, Jonze y ocho más, la música extraña y la ropa usada.
¿Recuerdas cuando te compramos en Semana Santa? Y ya pasó casi un año sin tu pelo en mi ropa, sin salir a buscarte en las mañanas congeladas.
Mi mesita de luz se llena de libros, el escritorio de papeles, el Big Ben y Peter Pan de monedas de 1 peso y 50 centavos.
Señor, ¿le parece a usted que yo sufra de insomnio, que Youtube se haga mi compañía, que ahora vea tantas series? (Lo siento, ya vi el último de Mad Men, MERRY CHRISTMAS!)
Ahora peso 4 kilos más gracias al chocolate y me gusta andar en Vespa, no es Roma pero es re divertido.
¿Viste la cara que hacen cuando llego con música y películas raras? Yo no.
Al final no me recomendaste nada, ni la banda del principio que ahora me gusta tanto gracias a ti.

SOYUNSALMON
Estudiante

3.12.10

No se suda, pero se sufre

Harlan Ellison, quien fue albañil y conductor de camiones antes de ser escritor, dijo que escribir era “el trabajo más duro del mundo”. A cualquier albañil o conductor de camiones ha de producirle irritación escuchar algo así, pero justamente la tristeza (o una de muchas) del “oficio” de ser escritor, es que cualquier persona fácilmente puede imaginar lo duro que es dedicarse a la albañilería o a la conducción de camiones sin haberlo hecho nunca, pero nadie sabrá lo difícil que es ser escritor hasta que no lo haya intentado, no una, sino varias veces.
Quizá lo duro de ser escritor radica en que se es escritor, todo el tiempo. No existe tal cosa como un horario para ser escritor y luego a casa a descansar. Puede que haya momentos limitados, destinados a la actividad física de escribir, pero el lugar de trabajo es el propio pensamiento, y de ése rara vez se puede descansar. Los escritores son workholics, inevitablemente. No por voluntad, sino porque no conocen otra manera; porque al haber descubierto en la escritura un modo de expresión para algo que siempre estuvo allí, justamente establecen que son, viven y ven el mundo de esa manera, la del escritor. Así como un economista no puede desvincularse de su formación y analiza incluso el clima en términos monetarios, el escritor no puede deslastrarse de una forma de concebir su alrededor que le es más propia que respirar. Y rara vez puede dejar de pensar en lo que escribe, cuando está escribiendo de verdad, esté en la ducha o la cocina o la oficina. Incluso durmiendo. El escritor escribe siempre, aunque no haya dedos sobre el teclado, o tinta manchando papel.
Por eso, también, ser escritor es quizá la profesión más solitaria. Apartando el hecho práctico de que dos o más difícilmente pueden escribir juntos, es porque la escritura suele provenir enteramente del mundo interno del escritor, en un constante diálogo consigo mismo. No un monólogo, un diálogo. Es más: una discusión, una pelea que las más de las veces llega a las manos. Es sumamente egocéntrico, sí, pero es la única manera de hacerlo. Esa forma ególatra y un poco desfasada de concebir el mundo incluye también cierta tendencia a sublimar todas las cosas, especialmente la escritura en sí. Pero, quizá, esta última sea la única sublimación sobre la cual no estamos tan equivocados.
 

Lorena

1.12.10

Wikileaks y la confirmación de la hipocresía

Esta semana se ha incendiado con el asunto de los documentos clasificados y secretos del Departamento de Estado de los Estados Unidos (EEUU), publicados en Internet por Wikileaks. En dichos documentos se revela la hipocresía que se anida detrás de la política de relaciones exteriores de EEUU, la intervención de este país en eventos internacionales como el golpe de Estado en Honduras o la presión internacional ejercida para aislar a Venezuela y a Irán, en sus respectivos territorios. Son más de 250 mil documentos que ponen en entredicho la honestidad del Dpto. de Estado Americano.

Pero la hipocresía ha salido a relucir con este evento, no sólo al quedar demostrada la doble cara del supuesto “paladín de la justicia mundial” quien siempre ha declarado que todo lo que hace lo hace en nombre de la paz, la libertad y todos los buenos valores que salen en el diccionario. La hipocresía también ha salido a flote cuando todas aquellas personalidades que siempre atacan a EEUU actúan como si éste fuese el único país q habla mal de otro. A ver, ¿Cuántos diplomáticos han usado alguno de los siguientes términos? Gringo, Yanqui, Cerdo, Imperialista, Negro o Negrito (refiriéndose a Obama), Come mierda, etc. ¿Cuántos gobiernos contemplan la prevención y vigilancia a los EEUU o incluso el ataque a esta nación?

¡No me malinterpreten! Es genial que Wikileaks exista y que haya sacado a la luz esos documentos. Mucha gente cree que los “gringos” están en Afganistán para "luchar contra el terrorismo" y en Irak para "defender la democracia”, que los EEUU son incapaces de jugar sucio, no fabrican golpes de Estado (muchas veces en contra de la misma voluntad democrática), no intentan controlar el globo debido a fines económicos, que no menosprecian al tercer mundo y otro sin fin de mitificaciones sobre las buenas intenciones norteamericanas. Esta filtración de datos sirve, por supuesto, para aplacar esa ingenuidad colectiva que tienen muchos de los que defienden al “destino manifiesto” y el “sueño americano”. Pero, me encantaría que Wikileaks pudiera hacer lo mismo con documentos venezolanos, argentinos, cubanos, iraníes, franceses, italianos, rusos, etc; para dejar en evidencia que este comportamiento no es exclusivo del “gringo” sino del ser humano en general, sobre todo el que se dedica a la política.

Es sorprendente comprobar que las relaciones diplomáticas están basadas en la hipocresía, pero que no podemos decir ahora que EEUU es el único que actúa de esta manera. Esta evidencia apunta, en todo caso, a que todos los países lo hacen. Es una advertencia a que el nacionalismo ciego, la creencia dogmática de las buenas intenciones en la acción del gobierno y la política de una nación, el fanatismo que impide cuestionar y criticar a nuestros líderes y esa ingenua y maniqueísta idea de que la política internacional se divide en “buenos” y “malos”, no es más que una forma de pensar errada, insensata, inconsecuente e incluso producto de una mitificada construcción que responde precisamente a motivos mucho más individualistas y menos altruistas que lo que la propaganda nos quiere hacer pensar. Esta filtración de información nos invita, más que a criticar y apuntar con el dedo al vecino del norte, a pensar cuan parecida será la forma en que se maneja nuestro propio gobierno.

Luis Grande
Periodista – Videógrafo – Cineasta

De comienzos y pequeñas ideas

EDITORIAL #1 - DIC 2010

Es una convención social de estos tiempos pensar que todo comienzo es difícil. Quizá sea por las implicaciones incómodas que tienen los cambios o porque, por lo general, sentimos cierto temor ante las cosas que no conocemos y en las que nos sentimos inexpertos.
Sin embargo, mi experiencia ha sido completamente diferente hasta llegar a considerar que los comienzos no son para nada difíciles. La emoción de lo nuevo: estrenar un nuevo atuendo, el olor que tiene un nuevo automóvil, decorar tu nuevo departamento, hasta el inicio de clases de un curso, carrera, etc. Hay en todo esto una sensación de renovación, una apertura que se traduce en una nueva oportunidad de hacer bien las cosas. Algo que –tácitamente- demanda lo mejor de ti.
Y, dentro de esta emoción por la novedad, no hay nada que represente una dificultad: nos encanta tener nuevas hojas blancas para poder escribir en ellas y hacerlo bien esta vez.
Ahora bien, no todo es un camino de laureles. ¿En qué radica la dificultad de los nuevos comienzos, entonces? Pues, lo que se revela como un reto es continuar: salir del “vamos” para pasar al “continuemos”. Muchas personas tienen buenas ideas, grandes planes, suben los primeros escalones pero sus voluntades se ven intimidadas, inhibidas ante al compromiso y, finalmente, abandonan.
Las ideas nuevas generan entusiasmo, pero realmente somos puestos a prueba cuando debemos pasar a la ejecución y mantenernos ahí. No dudar de nuestras capacidades, tener la entereza para materializar nuestras iniciativas y tener la visión y confianza en nosotros mismos para poder llevar nuestros proyectos a cabo.
Hoy damos comienzo a esta pequeña idea con todo el entusiasmo que un nuevo emprendimiento puede generar; con la certeza de que tendremos la constancia necesaria, no sólo para mantenernos, sino para nutrirnos en el proceso, y llevar la idea incluso más allá de nuestras primeras expectativas.
Definitivamente, lo difícil no es comenzar, lo difícil –e increíblemente, emocionante- es lo que viene después.
Bienvenidos a esta pequeña idea. Bienvenidos a Las Loterías de Babilonia.  


Adriana Bolívar
adreegrafia.tumblr.com

29.11.10

Bienvenidos a Babilonia

En 1941, el escritor argentino, Jorge Luis Borges, publicó su primer libro de cuentos, Ficciones. Dentro de la compilación, se encontró La Lotería en Babilonia, un relato que narra los inicios de la Lotería en la ciudad de Babilonia, una empresa del azar que empezó como una forma de divertimento. Al poner en juego, la incertidumbre y la esperanza del hombre, tal lotería se fue expandiendo a otros ámbitos de la vida monopolizando decisiones de la vida diaria. De esa forma, la lotería continuó expandiéndose en áreas y transcendiendo en el tiempo hasta convertirse en un ente que regula el caos de nuestra sociedad a través de sorteos secretos que se llevan a cabo gracias a sus agentes, siempre encubiertos.

En Las Loterías de Babilonia hemos decidido revelar el secreto.

LDB pretende explicar el funcionamiento del azar del mundo a través de análisis de temas misceláneos que tratan sobre el acontecer diario (o no), con personas comunes (o no), que nos interesan a todos (o no). Siempre bajo el ojo analítico de un staff de expertos elegidos de diferentes ramas para un análisis más abarcador.

Desde el 1º de Diciembre de 2010, Las Loterías de Babilonia, sus representantes, sus estudios, serán puestos a la luz pública. A partir de entonces, el mundo podrá contar con un acceso directo a la verdad que nos rodea. O, al menos, lo intentaremos.

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