25.8.11

Madres e Hijas (Almodóvar y Bergman)


Desde siempre la relación de madre e hija me ha parecido interesante, no es que la de padre e hijo o padre e hija no me atraiga; es que el hecho de yo ser hija y tener una madre me hace inclinarme cada vez más a indagar sobre este asunto. Es por esa razón que decidí, al momento de escribir sobre cine, hacerlo sobre dos películas que marcaron mi visión de la vida de una madre y una hija. Esas películas son “Tacones Lejanos” (Pedro Almodóvar, 1991) dirigida magistralmente por Pedro Almodóvar y “Sonata de Otoño” (Ingmar Bergman, 1978) impecable fin del sueco Ingmar Bergman.
La primera película que vi fue “Tacones Lejanos”, el rol de la hija “Rebeca” es interpretado por Victoria Abril y la madre “Becky del Páramo” es representada por una de las musas de Almodóvar: Marisa Paredes. En esta película tiene una participación impactante y atrevida el cantante español Miguel Bosé, quien dobla la canción Un Año De Amor con un vestido rojo divino y una coreografía con otros travestis del local nocturno, con el personaje de “Femme Fatal”. Definitivamente una de las escenas que me eriza la piel.
En “Tacones Lejanos”, la relación entre la madre y la hija es una eterna competencia, Victoria se llega a casar con uno de los ex esposos de su madre Becky. Resulta impresionante lo que logra Pedro Almodóvar en la escena donde canta Femme Fatal: un ambiente de tensión entre los tres personajes y una estética limpia con el arte del local y la interpretación de Miguel Bosé.
En una de las escenas finales de “Tacones Lejanos” madre e hija se gritan, lloran entorno a ese sentimiento reprimido de incógnitas nunca antes despejadas.  En esa escena, Rebeca cita una de las escenas de la película “Sonata de Otoño” y lo compara con su situación de descontrol, falta de afecto, soledad que vive con su madre.
“Sonata de Otoño” es una de esas películas que sin grandes pretensiones y con un argumento firme y actuaciones formidables se vuelve un clásico. Y es que ese es el cine de Ingmar Bergman, quien acude a multifacéticas actrices como Ingrid Bergman, en el rol de la madre y famosa pianista, Liv Ullman la hija con más rencor y ardor por tantos años perdidos y la actuación de Lena Nyman, en el rol de otra de las hija que sufre una enfermedad que la tiene paralizada en una cama.
No todas las relaciones de madre e hija son así y gracias a Dios no lo son, pero lo cierto es que el comportamiento, los miedos y temores que un padre no haya superado son transmitidos a los hijos de alguna manera. En las dos cintas que hablan de relaciones complicadas entre madres e hijas es crucial el saber la vida agitada de las madres que en su empeño de seguir el mundo de las artes y el éxito abandonan su hogar. ¿Creen entonces que una mujer exitosa no debería casarse ni tener hijos? ¿Es posible tener éxito en lo profesional y disfrutar de una familia?

 Gilmar Bastardo
Periodismo - Teatro - Publicidad
gilmar1600@gmail.com / @gilmarbastardo

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