19.8.11

La herejía cinematográfica


De las muchas cosas que jamás entenderé de este extraño mundo en el que vivimos, hay una conducta en particular que, además de parecerme por demás incomprensible, me molesta y me parece una total falta de respeto para nosotros los cinéfilos. Me refiero a la hereje actitud desentendida y la total ausencia de conexión con la que algunas personas ven una película.
Para mí, el ver una película es casi una experiencia religiosa. Entrar a una sala de cine es como ir al templo para los más devotos. Es una acción que demanda cierto grado de respeto, de creencia, de una actitud y una disposición a recibir el mensaje que el clérigo haya escogido para la liturgia. De igual modo, el disfrutar de una película en casa es como realizar una oración.
Pero hay gente que va al cine a matar el tiempo. El acto de ver una película no es para ellos, un evento con mayor significado que el prender la televisión y ponerte a cambiar canales a ver qué están dando. Este es el tipo de persona que llega a un teatro y dice en la taquilla “dame dos boletos para la próxima película que esté por empezar” o los que cuando la función está por comenzar preguntan “¿qué es lo que vamos a ver?”
De igual modo, no entiendo como hay gente que puede textear en su celular durante la proyección, atender el teléfono celular y hablar como si estuviera en la sala de su casa o ponerse a chismear con la persona que tiene al lado. También me resulta difícil de entender la gente que mientras ve en grupo una película en su DVD o su Blu-Ray, no deja de hacer chistes y hablar de cualquier tema (incluyendo sobre la película) en voz alta, impidiendo que sea posible disfrutarla.
A veces creo que es simplemente porque estudio cine y por tanto, cada plano, cada toma, los detalles de la fotografía, la dirección de arte, cada diálogo y todos los elementos de la producción cinematográfica me son tan importantes, que no quiero perderme de ninguno; pero conozco gente que, aún estudiando cine, padecen algunos de estos malos hábitos (si no de todos). Además, para mí es de igual importancia la historia que me están contando, por lo que me parece casi sacrílego perderme detalle alguno.
En el fondo creo que es simplemente que para mí el cine es casi una religión. Un evento mágico en el que hay que entregarse en cuerpo y espíritu. Tanto como en el sexo o la creación artística, para mí, ver una película es una actividad en la que uno compromete los sentidos, la razón, el alma y la pasión por completos. De no ser así, la experiencia no es totalmente vivida.


Luis Grande
Periodista – Videógrafo – Cineasta
www.kulashaked.blogspot.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Las críticas constructivas siempre son bien recibidas. Adelante.