Se acabó nuestra historia, justo a la hora y fecha marcada desde el primer día que empezamos en aquel crucero en medio del mar, y ayer a la 12 en punto en el reloj, cumpliendo tu promesa pasaste a ser parte de mi pasado.
Te fuiste, como se han ido 31 ya en mi lista, partiste y me quedo recordando lo que me acompañaste a vivir, aquella historia de amor no cerrada que tan pacientemente me ayudaste a superar, mis nervios aquel 15 de junio en el aeropuerto al irme lejos de casa, porque aparte de mi maleta, mis recuerdos y tu, nada más me acompañaba. Viste eso y cada una de las cosas que durante nuestro camino andado por un año pasaron.
Me hiciste sentir un invierno y me regalaste la primavera, contigo todo fue nuevo, un descubrir, me llenaste de música, libros, amigos y lo más valioso de todo, una sensibilidad especial hacia los demás. Y, mientras me enseñabas, tu tiempo seguía andando, indetenible y preciso, en forma y contexto, claramente habías dicho que tenías que partir, que no podía amarte ni apegarme porque no puedes darme más que el plazo establecido, pero sé que eres, fuiste y serás el punto de partida de las cosas propuestas, de las metas que empiezan a ser reales, de las expectativas, la ansiedad, el miedo, lo blanco, lo negro y en medio el gris, esa piedra angular de mi futuro en el cual ya no estás.
Por todo lo vivido juntos, los días que reí, las tardes de picnic, las noches que amamos y las madrugadas que no dormimos viéndote envejecer mientras le dabas paso a la mañana que se dibujaba en ti, como una esperanza que impulsa a creer que cada día será mejor. Por cada una de las cosas que te hacían un todo, por eso te dejé ir, sin lágrimas como se estila en estos casos, sin abrazar a nadie, sin tristeza, sin sentir que se acabó aunque así es, viendo como te esfumas sin poder hacer nada para que te quedes, pero, sabiendo a ciencia cierta que permanecerás como uno de los mas importantes años de mi vida.
Me cuesta despedirme de nuestros recuerdos, pero, la expectativa me inunda mientras amanezco con él sonriéndome de cara al futuro, brindamos anoche con un vino tu partida y hoy le creo que es una nueva posibilidad de hacerlo todo un poco mejor, perdón por mi levedad, es inevitable, él, se ilumina y me atrapa al ofrecerme la posibilidad de seguir avanzando, de evolucionar haciendo lo que amo, me ofrece echar raíces, y quizás hasta puede darme un nuevo amor, es maravilloso lo que podemos hacer juntos, me promete engañar al destino para hacer que todo dependa enteramente de mí, pero, igual que tú, tiene una condición… Sólo tengo un año para hacer de él, lo mejor que puedo.
Te extrañaré mi querido y buen compañero,
Adiós 2010.
Karin Marcano
Publicista - Productora Audiovisual
karin.marcano@hotmail.com
www.electrokarin.blogspot.com
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