17.1.11

La batalla de Las Fiestas (o Feliz 2011)

EDITORIAL #2 - ENE 2011
 

              Estrés familiar, compras compulsivas y sin sentido, comidas en exceso, los balances de fin de año, lo que te vas a poner, dónde lo vas a pasar, de viaje o trabajando, proyectar un nuevo año. Definitivamente, hay detrás de toda esa pantalla de fiesta decembrina, un velo de carga emocional y física que nos deja diciembre a su paso. Llega enero y, no sabes por qué, terminaron “las fiestas” y sientes que un camión te acaba de pasar por encima sin haber tenido chance de anotar el número de placa.
Sin embargo, más allá del agotamiento que te dejan esas fechas, siéntete orgulloso: sobreviviste.
            Sobreviviste a pasar veladas con tu familia, tus padres, tus hermanos, tus tíos, tus primos, los conflictos nuevos y los de siempre; el típico “¿cuándo terminas la carrera?”, “¿ya tienes trabajo?”, “¿y el novio?”, “¿y cuándo piensan casarse?”, “¿cuándo vienen los hijos?” y el infinito arsenal de preguntas que continúan siendo existenciales para ti, pero que tu familia insiste en disparar como un AK-47 en pleno Irak. Tú, cual soldado con el libro de Sun Tzun bajo el brazo, sobreviviste.
            Sobreviviste las toneladas de comida que pensaste que no serías capaz de digerir: los guisos, las hayacas, el vitel toné, el pavo, la champagne, el vino, etc. Nuevamente, te superaste a ti mismo, sorteaste los complejos que imponen los cánones de belleza y te sumergiste en el mar de comida que estas fechas despliega en tu mesa. Pudiste, sobreviviste.
            Sobreviviste la marejada de regalos y compras navideñas de último momento. Tu tarjeta, corroída de deslizamientos, descansa finalmente en tu cartera y tu estado de cuenta aún existe: no te cancelaron la cuenta, el Banco no te embargó la casa. Estás justo de liquidez, pero viviste para contarlo: sobreviviste.
            Y con la satisfacción de ser una persona capaz de sobrellevar semejante vorágine año tras año, con el sabor a victoria aún en tu boca, te invito a encarar este nuevo año. Porque ganaste una batalla, pero la guerra continúa.
            Feliz 2011, sí. Pero sobre todo, ¡ánimo que tú puedes!

Adriana Bolívar
adreegrafia.tumblr.com

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