Aprovechando que estamos en el mes del trabajo, decidí comentar sobre una persona a la que la Iglesia Católica ha glorificado, a pesar de haber hecho una terrible labor durante su oficio: Juan Pablo Segundo.
Mucha gente siguió a través de los medios el acto de beatificación del predecesor del Papa Benedicto XVI. La Iglesia Católica ha comenzado el camino que llevará al rango de “Santo” a Karol Józef Wojtyła, mejor conocido como el Papa Juan Pablo II (JP2). Pero analicemos un poco la obra de Wojtyła:
Nacido el 18 de mayo de 1920, fue el Vicario de Cristo desde el 16 de octubre de 1978 hasta el día de su muerte, el 2 de abril de 2005. Fungió como cabeza de la Iglesia Católica por 26 años. Ahora bien, uno esperaría que el líder de una organización se encargara de hacer que las cosas funcionen bien en la misma y que, de saber que uno de sus trabajadores, empleados o miembros, está cometiendo graves errores que, no sólo minarán la confianza de sus seguidores sino que, constituye una contradicción diametralmente opuesta a los ideales, valores y principios de la institución, lo minimo que el dirigente haga es, pedirle la renuncia.
Pero durante la batuta de JP2 se cometieron miles de casos de pedofilia, curas que violentaron su voto de castidad y tuvieron familia, casos de lavado cerebral a niños y jóvenes para inducirlos a pertenecer a sectas católicas, la lista de terribles eventos que se suscitaron bajo la mirada cómplice y silente de Wojtyła es larga y hasta morbosa en algunos casos.
Por nombrar un solo ejemplo, tomemos el caso de su gran amigo Marcial Maciel, fundador de “La Legión de Cristo”, quien luego de su muerte el 30 de enero de 2008 fue encontrado culpable de abusos sexuales a niños y de haber plagiado el libro que usó como uno de los textos principales de su secta. También fue acusado de sobornos a personas altamente influyentes dentro de la Iglesia, abuso de drogas y hasta de la muerte de su tío abuelo, el santo mexicano Rafael Guízar Valencia. Incluso en 2010, el Vaticano lo consideró inmoral y culpable de crímenes reales. Este individuo era gran amigo de JP2 a quien acompañó en sus visitas a México y fue éste Papa quien apoyó firme y personalmente a Maciel y su movimiento, que ha sido también acusado de usar técnicas de manipulación y lavado cerebral en sus seguidores más cercanos.
Este es uno de muchos ejemplos por los que es un acto hipócrita y terrible la beatificación de un hombre que con su silencio, permitió miles de actos terribles en nombre de la Iglesia. Según la Iglesia Católica uno puede pecar por palabra, obra, pensamiento u omisión, aun así, la administración del Vaticano bajo la guía de Benedicto XVI (quién fue el que acusó y castigó a Maciel), parece darle una palmadita en el hombro a Wojtyła diciéndole “Buen Trabajo”.
Luis Grande
Periodista – Videógrafo – Cineasta
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